martes, 27 de septiembre de 2011

Demasiado desafío

Que el haber tocado fondo ya no consuela, que el peor día de mi vida aún estaba por llegar.
Todo es tan absurdo, sin sentido, como si estuviera hecho de polvo. Como si todo no fuera más que un espejismo. Como si al tocarlo, la punta de mis dedos emborronara lo que veo y en mi mano sólo quedase un rastro gris.
Parece una pesadilla, y ojalá lo fuera. Ni mis miedos más profundos me han hecho llorar tanto.
Antes los 26 eran bonitos. Ahora ya no sé que pensar. Pero ni de los 26, ni de ti, ni de mí.
Todo me parece absolutamente absurdo. No tengo ganas de nada, nada me merece la pena. En estos momentos, ni siquiera tú. Mataría por poder irme a la cama y despertarme en unos cuantos meses.



Han sido 17 meses maravillosos, de verdad. Los mejores de mi vida. Pero has dicho las palabras mágicas. Has  hecho todo lo que había que hacer para mandarlos a la mierda. Y sé, sé con certeza que no lo has hecho adrede. Quizá eso sea lo peor. Que ni tú ni yo sabemos lo que en realidad quieres. Y yo, en cambio, lo tengo más que sabido. Ese es mi problema.

Podría darme la típica soberbia, el "no encontrarás nunca a nadie como yo", el "no me mereces". Pero no puedo. Te quiero demasiado. Y me doy pena a mí misma. Has conseguido que elimine incluso mi amor propio. Ahora ¿qué me queda? Absolutamente nada.

Sé que te dan miedo las arañas. Pero te comportas como una de ellas. Y yo soy una estúpida e ingenua mosca.
Tejiste para mí la mejor tela, con carteles luminosos en los que se prometía el paraíso. Durante 17 meses así  ha sido, he sido feliz, como en el paraíso en el que nunca he creído. Pero durante todos esos días, me has ido envolviendo en tu red. Me has atado de pies y manos, mientras yo era la más feliz del mundo. Y poco a poco, te has ido comiendo mi interior. Mi autoestima, mi fuerza, mis sueños, mis motivaciones...todo. No te culpo, yo te lo he puesto en bandeja. Sé que no lo hacías con mala intención. Sé que me has querido, y que ahora me quieres. Pero ya nada me importa.



Me has dejado vacía. Has dejado la cáscara de Blanca de Álvaro, pero dentro no hay nada, ni siquiera lágrimas. Y es una sensación muy incómoda, y ya no tiene vuelta atrás.

Te pido, como último favor, que reflexiones. Piensa en el último año y medio. Piensa si soy lo que quieres. Piensa si me amas porque me amas o porque temes perderme. Piensa si quieres estar a mi lado por miedo a las reacciones de los demás. Piensa si estás dispuesta a seguir adelante conmigo o si sólo te mueve la pena por algo que ya ha terminado.

Yo cada vez tengo las cosas menos claras. Soy masoquista, pero tengo mis límites. Quizás cuando te decidas sea demasiado tarde. A lo mejor esto ya ha terminado.




Atentamente, siempre tuya.


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Deja tu comentario :)
Se aceptan críticas, sobornos, mensajes de apoyo y tomatazos.