sábado, 31 de agosto de 2013

He soñado con arañas.

Sí, ayer soñé que me salían arañas de la cara. A mí no me dan miedo ni fue una pesadilla, pero me desperté un poco agobiada porque todo el mundo gritaba al verme pasar.

No creo en esas cosas, pero pensé que sería divertido buscar en Google el significado de soñar con arañas.
Puede significar cambios positivos en la vida.
O que un proceso legal va a ser lento y costoso.
Ah, pero si matas a la araña significa que tu pareja y tú tendréis una crisis.

La cosa cambia, claro, si sueñas con una araña grande y otra pequeña.
Eso también es bueno.

A no ser que mates a la araña grande. Eso augura problemas económicos.
Uh, y no te quiero contar si matas a la pequeña. Eso también significa que discutirás con tu pareja.

Pero eh, tranquilos, que si las arañas tienen aspecto de tarántula (gordas, grandes y peludas) todo lo anterior se anula y tenéis que buscar otro artículo de un psicologo estafador diferente.

Pensé que sería divertido.
Y, oye, qué puta mierda.
No vuelvo a buscar ningún sueño en Google.
O a soñar.

Termina ya, maldito verano.

(...)

"No sé ni qué acabo de escribir. Pero qué letra mas bonita, ¿no crees?
Lástima que tenga que romper esto al terminar, para que nadie pueda leerlo. Ni siquiera tú.
O peor aún...yo."

viernes, 23 de agosto de 2013

"No fumes, mamá"

¿Cuantas veces habré dicho yo esa frase hace años?

Una nube gris asoma entre mis labios mientras lo pienso.
Qué mal me sabe el tabaco, pero cuánto me gusta.
Como casi todo, realmente.

¿Qué narices hago filosofando mientras me jodo los pulmones?
Es lo que tiene pensar por la noche. Ninguna idea que se te ocurra más tarde de la una de la mañana debería constar en acta, pero aquí estamos.

Mirando a esos libros, los mismos de siempre, que son algo así como el único horizonte que se ve desde mi cama.
Los de todos los días.
Y este puto atrapasueños que no sirve para nada, salvo para coger polvo y quedar muy bien en las fotos.

A veces me acuerdo de cuando no venías a buscarme al colegio.
¿Qué sería? ¿Media hora, tal vez?
A mí se me hacía eterno.
Me quedaba sola en ese banco todos los días. Y luego venías enfadada.

Aún así te quería más que a nadie y eras mi ideal de mujer.
Y te sigo queriendo.
Pero lo otro, no.

Qué nietzscheano.
(No me miréis así. Esa palabra existe. La he buscado).
Eterno retorno, madre.
Eterno retorno.

Tu hija nunca será un "Übermensch".
Pues siempre tendrá miedo de convertirse en ti.


Ira.

ira.
(Del lat. ira).
1. f. Pasión del alma, que causa indignación y enojo.
2. f. Apetito o deseo de venganza.
3. f. Furia o violencia de los elementos.
4. f. pl. Repetición de actos de saña, encono o venganza.


"Pasión del alma"
¿No os suena bonito?

miércoles, 14 de agosto de 2013

Laukr

Puede que el mar fuera tanto su hogar como lo era la tierra firme, pero hoy tenía miedo.

Las olas chocaban contra el casco del barco sin descanso. La espuma sonaba al estrellarse contra la madera con una cadencia hipnotizante. Alguien que no estuviese acostumbrado a navegar podría volverse loco en medio de ese ritmo repetitivo.

El resto de hombres remaban impasibles, como si aquella fuera su única tarea en esta vida, aunque también tenían miedo. Las espesas y rojizas barbas escondían las emociones.

Pero él aún no tenía barba. Era apenas un muchacho.

Apoyado contra el mascarón de proa, miraba atentamente cada onda que describía el agua alrededor del navío. La cabeza de dragón tallada atemorizaba al resto del mundo, pero no a él ni a su pueblo. Mientras acariciaba inconscientemente la húmeda madera, vio caer el primer rayo en la lejanía. A los pocos segundos, el sonido del martillo de Thor estalló en los oídos de todos. Parecía que el cielo se había partido en dos en un crujido inmenso. La madera vibró levemente bajo sus manos.

"Thor nos protege", pensó. "Nos dice que queda poco".

Pero seguía teniendo miedo.

Desde que el barco se alejó de la costa, el muchacho no había parado de oír susurros, voces, viejas canciones. Pero sabía que nadie más las estaba oyendo. Sólo él sacaba a veces medio cuerpo por el borde de la embarcación y veía sombras en el agua. Su propio padre había tenido que agarrarle de las ropas porque se estaba acercando demasiado a la espuma. Había navegado desde que tenía recuerdos, pero hoy la preocupación le ponía los pelos de punta. ¿Qué le estaba pasando?

Con cada nuevo rayo, el muchacho se agarraba más fuerte al mascarón. Tanto, que podía sentir sus propios latidos y la vibración de la madera contra su pecho. Emocionado y aterrorizado, sólo una canción le venía a la mente:


Laukr er vann                                     Laukr es el agua,
tårar frå åuge                             las lágrimas de los ojos,
foss frå fjella                       las cascadas de la montaña,
draup frå isen                                          gotas del hielo.

Bølgjene voggar meg,                      Las olas me balancean,
djupt eg fell i svevna.               y me duermo profundamente.
Bølgjene voggar meg,                      Las olas me balancean,
djupt eg fell i svevna.               y me duermo profundamente.


Laukr er vann                                     Laukr es el agua,
vågar på vatn.                                      las olas del mar,
draup frå isen                                          gotas del hielo,
tårar frå åuge                                  lágrimas de los ojos.


Bølgjene voggar meg,                      Las olas me balancean,
djupt eg fell i svevna.               y me duermo profundamente.
Bølgjene voggar meg,                      Las olas me balancean,
djupt eg fell i svevna.               y me duermo profundamente.

"¿Se tocarán el cielo y el agua en algún punto?" Pensó.
"Tal vez estemos yendo tan lejos que encontremos ese lugar".


lunes, 12 de agosto de 2013

Lo echo de menos.

Echo de menos esos días de hace no tanto tiempo en los que simplemente tenía que sentarme y encender el portátil para que las ideas fluyesen. Iba a entrada por día, a veces más. Y nunca por la presión de tener que contentar a nadie. Simplemente me apetecía, desbordaba ideas, historias, a veces chorradas. Pero me desahogaba al fin y al cabo.
Incluso a veces escribía sobre temas más serios, más divulgativos. Me documentaba durante horas e intentaba exponeros un tema que considerase interesante o al menos entretenido. Y aunque nunca me movieron las visitas o la (escasa) fama que me pudiese aportar el blog, reconozco que me encantaba leer vuestros comentarios de apoyo y ver las estadísticas crecer a diario.

Pero por alguna razón que desconozco, las cosas han cambiado.

Sigo teniendo ideas, la imaginación no se pierde. Tal vez me falte el tiempo, o tal vez mis ideas se estén volviendo más "gráficas"; se me ocurren historias enteras pero no soy capaz de plasmarlas en palabras. No me sale una frase capaz de describir lo que quiero, me frustro, y ese cuento pasa a ser un borrador abandonado en alguna parte de la red.

Realmente, ¿qué ha cambiado en mi vida en este último año?
Pues todo. Prácticamente todo. Hace dos años creé este blog, siendo una chiquilla con bastantes complejos, que adoraba la "inmunidad" que te da expresarte tras una pantalla, y cuya única ventanita por la que asomar la cabeza y decir "¡Eh! Que estoy aquí" era Internet. Tampoco podía quejarme, mi vida nunca ha sido un valle de lágrimas. Todo marchaba bien cuando empecé.
E incluso cuando las cosas estaban mal, la tristeza me inspiraba y me desinhibía. No paraba de pensar, de inventar, de idear historias que se pegaban en mi cabeza por ser escritas y publicadas. Escribo mejor cuando estoy triste.

Pero ahora, dos años después, que podría decirse que mi vida está en su mejor momento (teniendo en cuenta su brevedad), que soy tremendamente feliz, que mis complejos se van esfumando cada día, que mi seguridad crece a la par que mi miopía (eso es muy rápido), y que tengo el tiempo mejor gestionado...

Ahora no. Ahora no sale nada.

Y creedme, veo todos los días esa B blanca enmarcada en un cuadrado naranja llamándome desde la barra de marcadores de Chrome. Todas las noches me acuesto pensando "mañana escribo algo".

Pero no me sale.

Es frustrante. Empiezo a pensar que mi mente es más productiva cuando estoy en situaciones personales extremas, pero como comprenderéis tampoco me apetece cambiar este bienestar por un puñado de letras colocadas en una página.

Sólo quería soltarlo, y pediros disculpas a todos los que seguíais este blog. Si seguís ahí, os mando todo mi cariño y mi agradecimiento vía ADSL. Realmente habéis influido mucho en mi "metamorfosis". Parte de la seguridad de la que gozo hoy día os la debo sólo a vosotros.

Me quito el sombrero, y cierro esta entrada con la promesa de que algún día volveré a escribir regularmente. O al menos con la esperanza. Promesa suena muy definitivo.

Un beso y buenas noches a todos.

viernes, 2 de agosto de 2013

Masquerade.

Cada vez más a menudo termino pensando que este mundo es un baile de máscaras.

Necesitamos una cara alternativa a la nuestra para asomarnos al mundo exterior. A veces nuestra máscara nos identifica sinceramente, y otras es el reflejo de lo que en realidad nos gustaría ser. El escudo de nuestras inseguridades o la exhibición de las seguridades, según personas.

¿Qué mas da? Al fin y al cabo, y tristemente, lo primero y único que los invitados al baile verán de ti es lo que tu antifaz deje ver. Te saludarán, posiblemente con una sonrisa, y en ese preciso instante estarán emitiendo un juicio sobre la impresión que les cause la forma de tu disfraz, al igual que tú lo harás sobre el suyo.



Eventualmente, alguien se sentirá abrumado por tu máscara e intentará conocer a lo que hay detrás de ella. Mirará con curiosidad a través de los agujeritos de tu careta intentando buscar tus ojos, para que le den más pistas, para saber más de ti. O tal vez seas tú quien sienta curiosidad por otro.
Y a veces no será correspondido.

Por experiencia os diré que cuanto más pomposa y barroca sea la máscara de alguien, más inseguro suele ser este. Las espirales doradas, las formas imposibles y los colores brillantes esconden a niños con complejos que temen permanentemente mostrar al mundo su verdadero ser, porque hasta el momento les ha ido bien enseñando una cara a los demás que no era la suya.

Me gusta pensar que algún día seré una máscara blanca y neutral, sin expresión. Eso sería buena señal.
Por el momento, sigo teniendo algunas "espirales" en mi disfraz.



Y vuestra máscara ¿cómo es? ¿Cómo querríais que fuera?