domingo, 29 de abril de 2012

Respira.

He empezado a sentir esto desde hace unos días, pero no hay una palabra exacta que lo defina.

Tal vez con ejemplos:
Como salir a la superficie del agua a coger aire después de mucho rato buceando: el momento justo en el que llenas los pulmones. Ese momento.
O como cuando te suena la alarma del despertador un día festivo, y puedes apagarla, darte media vuelta, esconderte entre las sábanas y seguir durmiendo.
O ese primer día de las vacaciones de verano, en el que de repente tienes tanto tiempo libre que no sabes que hacer con él.
Y también, cuando al salir de la ducha, se pone en la radio sin previo aviso esa canción que hace tanto que no oyes aunque te encante, y sientes la inmensa necesidad de cantarla.

No sé, es como si me hubiera sacado una espina del corazón. Ha dolido, y ahora la piel está tierna, la cicatriz es joven. Pero la inexplicable liberación que siento...merece la pena.

No os riáis del nombre, que os veo ¬¬ Malditos pervertidos.

Ser o no estar. Esa es la cuestión

EL DRAMA DE CALISTO Y MELIBEA, NOWDAYS.

-Nunca lo entenderás.
+El qué.
-Que el español no es como el inglés o el francés. Aquí la diferencia entre "Ser" y "Estar" es muy clara.
-¿A qué viene eso? Estás loca.
+No, no lo estoy. Lo soy
-...
+Lo fui siempre y antes te gustaba. ¿Y ahora qué? Ahora no comprendes la diferencia entre ser buena y estarlo. Yo lo soy, créeme. Al menos contigo. Me hacías serlo. Pero llegan unos ojos azules y te pierdes.
-...
+¿No vas a decir nada?
-...Te quiero.
+No. No sabes lo que quieres ni quieres saberlo. Y yo sé lo que quieres sin querer saberlo, porque no es lo que yo quiero. Y en el fondo lo sabes.
-Te quiero.
+No te atrevas a decirlo una vez más.
-...
+No lo sientes, no te convenzas.
-Te quiero.
+Cállate.
-Te quiero.
+¡CÁLLATE! Eres imbécil.
-No lo soy, lo estoy. Porque estás delante de mí, por eso lo estoy. Te quiero.

Si todo fuera tan fácil como echar el telón, créeme, que lo habría hecho hace tiempo.
Sed felices, no os conforméis con estarlo.

sábado, 28 de abril de 2012

La muerte más cobarde para el más valiente.

Y algunos opinan que es al revés.
No sé, esto es solo una opinión, y es un tema lo suficientemente personal como para que no haya ninguna verdadera. Solo puntos de vista.

A menudo he oído decir que quien se suicida es un cobarde. Que quitarse la vida es la solución menos valiente cuando no quieres afrontar tus problemas. Que es una solución egoísta, porque dejas tirados a los que te quieren.
No sé, no estoy de acuerdo.
Ya que los humanos somos "el cénit de la creación" y disponemos por ello de las vidas de otros (animales, plantas, e incluso la vida de otros humanos), ¿por qué no íbamos a poder tener control sobre nuestra propia vida?
Cada persona debería tener control sobre su cuerpo y lo que habita en él. Todo eso le pertenece.
Por eso, si alguien sufre tanto en su vida...si realmente no tiene ninguna gana ni motivo por el que vivir...¿por qué hacerlo?
¿Alguna vez acaso has sentido tú que NADA, ni un sentimiento de curiosidad, ni una amistad, ni tus padres, ni cualquier cosa, te pueda mantener unido a la vida? Espero que no.
Y es más, si alguna vez lo has sentido, ¿de verdad te has visto capaz de cortar del todo con tu vida? Si algo nos une a la vida a los humanos, es el miedo a la muerte. Puede que muchas veces hayas tirado la toalla, y hayas deseado que todo terminase a cualquier precio. Pero...¿Has sido capaz de hacer el gesto? Estás leyendo esto, así que no.



Por eso, yo creo que quien llega hasta el final, quien consigue terminar con su propia vida, demuestra de todo menos cobardía. Ha aguantado hasta su límite, ha esperado a sentir algo por la vida, algo que no ha llegado.
Y finalmente, ha sido capaz de afrontar el miedo a la muerte. Eso no es cobardía. No digo que sea valentía, pero desde luego no es cobardía.

En cuanto al "egoísmo de dejar a tus seres queridos"...posiblemente si has sido capaz de quitarte de en medio, es porque pensabas que estorbabas. Seguramente a tus seres queridos les vaya mejor si no tienen que verte en ese estado, ¿no? Eso es lo que imagino que sienten ellos.

En fin, lo dejo por hoy. Me estoy quedando frita delante de la pantalla.
Sed felices.

viernes, 27 de abril de 2012

Rest in peace.

Hace unas semanas, después de una larga noche de sábado, mi primer pensamiento al despertarme el domingo fue:
"Joder, me voy a morir"
Pero no en el sentido de morirme de inmediato. Me refería a que algún día moriré. Y tú, que estás leyendo esto, también. Y tus familiares, y tus seres queridos. Quizás esa sea la peor parte.

Sé lo que estáis pensando, y no. No es una entrada depresiva, no estoy pensando en suicidarme ni cosas de esas. Simplemente creo que hemos tomado una visión inadecuada de la muerte.
La vemos como algo ajeno a nosotros, como la antítesis de la vida. Pero no lo es.
La muerte es parte natural de la vida. Es un eslabón más de la cadena. Es parte del ciclo, igual que nosotros somos parte de una motita de polvo en un Universo tan grande que no alcanzamos a comprender.

No obstante, entiendo por qué es lo más difícil de asumir. Es evidente.
Somos seres razonables, sociales, y todas esas cosas. Como protagonistas de nuestra vida, y más a estas edades tan prontas, nos vemos eternos. Nos sentimos eternos. Vemos a la muerte como algo que pasará dentro de muuucho muuuucho tiempo.
"Nuestros seres queridos siempre estarán ahí. Siempre lo están ¿por qué iban a faltar un día?"
Así lo sientes hasta que un día faltan.
Y toparse con la vida de frente, da mucha impresión.

No puedo evitar que este tema me recuerde a esa escena. Tomémonoslo con humor.

Mañana puede caerte un rayo, pasado mañana puede pillarte un coche...y que sin que te des cuenta, sin que te lo creas, termine tu vida.

Y por otra parte, en el caso de que mueras de mayor, tampoco solemos pensar en nuestra vejez.
El cuerpo dejará de responderte como antes. Tu movilidad se verá progresivamente reducida, dependerás de alguien. Puede que tu cerebro también. ¿Y si olvidas a tus seres queridos? ¿Y si tus recuerdos se esfuman hasta dejarte muerto en vida?
Atrévete a decirme qué es peor.

No sé, son solo reflexiones.
Pero cuando me desperté y me vino esa frase a la cabeza, fue como si me hubieran echado un vaso de agua helada encima.
Es la cruda realidad. Es natural. Es inevitable.
Lo que nos hace temerla es no saber cómo es una vez que estás "dentro" de ella.


Quizá debamos cambiar ese punto de vista.
----------------------------------------------------------------------------------

En fin, se me ocurre también una opinión sobre el suicidio (insisto, no estoy depresiva. De hecho estoy pasando por una de las etapas más felices y con autoestima de mi corta y minúscula vida), pero creo que lo voy a dejar para mañana, tal vez. Esto es todo por hoy.

Ah, y por cierto.
Mi amigo Bizcochitos se ha hecho un blog. Por el momento está "recién nacido", pero os lo recomiendo. Adoro a ese chico y su forma de pensar. Espero que le echéis un ojo y os guste.
http://bizcochitosneko.blogspot.com.es/

martes, 24 de abril de 2012

¿Jugamos al quién es quién?

-¿Quién eres?
+No lo sé.
-¿Qué?
+Que no lo sé.
-...oh, venga. ¿Me estás tomando el pelo?
+No. No sé quién soy. Puedo ser nadie, puedo ser todos, puedo ser quien tú más quieras o quien más detestes. ¿Quién quieres que sea?
-Quiero que seas tú. Para variar.
+Yo no existo. Estás teniendo un sueño.

No, no sé quién soy.
No sé quien soy en el sentido de que no sé la receta para hacer una "Blanca". No sé decirte qué es exactamente lo que me hace distinta del resto de humanos, ni tampoco en qué me parezco a mi especie. No es algo que me importe.
Solo sé que si yo no sé ponerme una etiqueta identificatoria, nadie puede. Nadie sabe. Y si cree que sabe, es que su vida es muy triste.
No sé. No sé quién soy. ¿Un nombre? ¿Una cara? ¿Una idea? Qué importa. Yo estoy bien así.
Cambio constantemente. Lloro y a los 10 segundos río. Me caigo de sueño y las horas siguientes estoy hiperactiva. Me cuesta decidirme ante mis dilemas pero suelo acertar ayudando a los de otros.
¿Esperabas algo mejor de una mocosa de dieciséis años?
Es lo que hay.
Sé que no importa, pero me gusta. Por fin puedo decir que me gusta estar así. Que me gusta como soy. Que me gusta saber quién lo valora.
Y que soy una superheroína rubia, con el poder de convertir el dolor en fuerza.
¿Alguien da más?

lunes, 23 de abril de 2012

Pequeños placeres.

Una vez una chica me preguntó cuáles eran esos pequeños placeres de la vida que iba a echar de menos cuando me fuera.
Hay tantas chorraditas que ahora no recuerdo que sería inútil enumerarlas en una lista.
Pero si algo hay que echaré de menos, será tumbarme en la hierba y cerrar los ojos. Y notar que el sol está brillando en mis párpados. Y respirar despacito, porque no hace falta estresarse con tonterías.
Pensar en el presente, en que soy feliz. La brisa que entra por los agujeros de mis converse, el olor a hierba húmeda.


Y darle la mano.
Porque ella está a mi lado. Y mirarle a los ojos, 
a ese degradado de marrón a verde que tanto me gusta.
Acariciarle un rizo, darle un beso.
Y que el mundo siga girando a nuestros pies, eso me encanta.
Que la vida sigue, el mundo sigue exactamente igual que hace 10 segundos.
Y a nadie le importa.
Pero ella y yo somos esa pequeña parte de un pequeño puntito azul. 

La chica que me lo preguntó en su día es mi gran placer de ahora.
El mundo es un pañuelo.


domingo, 22 de abril de 2012

Aviso-

Bueno, después de unas jornadas de reflexión he decidido cambiar un poco la dinámica del blog.
Hasta ahora la idea era escribir entradas periódicamente y con cierta elaboración.
Pues...bueno, en este momento de mi corta vida tengo muchas cosas dentro pero poca inspiración a la hora de plasmarlas en una "entrada grande, florida y hermosa" así que creo que voy a hacer prácticamente a diario una entrada breve con una reflexión, una imagen, un párrafo sentimentaloide...lo que sea que se me pase en ese momento por la cabeza, Y ADEMÁS, seguir haciendo periódicamente una entrada "de las gordas".
No sé, ¿qué os parece? Sé que no vais a comentar, pero bueno, yo lo aviso para que luego no me llaméis loca.
Advierto desde aquí que seguramente esas pequeñas entradas no tengan mucho sentido para vosotros, pero bueno, necesito soltarlo por algún lado.
Quién sabe. Lo mismo os sentís identificados con alguna.
En fin. Es tarde. Solo sigo en el ordenador porque estoy descargándome un disco (voy a decirlo bajito para que no me metan en la cárcel).
Buenas noches, sed muy felices, y espero que disfrutéis leyendo.

Ojito conmigo

Mira esos ojos.
¿Los ves?
Antes solían ser tuyos. Creo recordar que te decían muchas cosas. Una vez incluso comentaste algo de "ahogarse en ellos".
Bien, míralos detenidamente. Ahora son míos.
Míos y de mi felicidad. Y de quien sabe apreciarlos.
Y ellos, aunque no sea correspondido, siempre te mirarán con cierto cariño. Porque nunca te han mirado con odio. El día que lo hagan, no lo olvidarás nunca.
Así que por mí puedes ahogarte en otros ojos, y perderte en otras pupilas. Sé que no sabes lo que quieres. Sé que en unas 9 semanas te vas a dar cuenta. Y otros ojos te mirarán decepcionados, los ojos de quienes dejaste atrás.
Pero los míos, te mirarán como siempre. Porque está todo muy claro. Eres muy previsible.
Y yo mientras tanto, voy a comerme el mundo.
Y tu no estás en el menú.
Buenas noches y buena suerte.

jueves, 12 de abril de 2012

Esta ópera os va a gustar.

Lo cierto es que hoy en día no se oye música clásica (cosa que entiendo, los tiempos cambian, y a uno le apetece mucho más ir a un bar a oír "Jhonny, la gente está muy loca" que un concierto de Chopin, un aria de Wagner, o una sinfonía de Beethoven)

Pero cierto es también que al oír la palabra ÓPERA, la mayoría de mortales piensa en una señora gorda con un lunar en el moflete y el pelo muy cardado, dando grititos agudos, y sí, de compositores "clásicos".
¡PUES NO!

Hay óperas actuales. Muchas, muchísimas.
Y mi misión de hoy es hablaros de dos de ellas, en especial de una cuyo nombre diré más adelante.

Comencemos.
Allá por el 1935, George Gershwing (un gran compositor a mi juicio), compuso la ópera Porgy and Bess.
Esta maravilla -porque lo es, yo la fui a ver hace unos años al Calderón y me encantó-, cuenta la historia de un barrio miserable junto al puerto de Charleston, y más concretamente la de Porgy, un discapacitado que se enamora de Bess. Su amor al principio imposible, va creciendo poco a poco, aunque un acontecimiento un tanto feo deja un final sorprendente.
Bueno, tampoco sé si os gusta el tipo de música de esta ópera (jazz, blues...). Yo la llevo oyendo en casa casi desde que nací. Lo que casi seguro que habéis oído es Summertime, que ha sido versionada mil y una veces, pero que viene de esta obra.


Y aquí viene la obra que hará que os guste la ópera.
Lo tiene todo: humor negro, música, sombra de ojos, Paris Hilton, y tías buenas (Y no, Paris Hilton no entra en tías buenas).

Os presento:

REPO! THE GENETIC OPERA

Se trata de una ópera rock adaptada al cine (con bastante tino, por cierto), aunque creo recordar que en España NUNCA se supo de esta película. Yes, Spain is different -.-

En fin. Os comento el argumento (yeah, pareados mañaneros, calidad suprema)

En un futuro no muy lejano (2057), una epidemia mundial que afecta a los órganos está asolando el planeta. Entonces la compañía GeneCo hace su aparición ofreciendo órganos nuevos a un módico precio.
Quienes no cumplen con el pago de sus órganos se convierten en el objetivo de los Repo! Man. Ellos son sanguinarios cirujanos que recuperan los órganos de GeneCo y asesinan (bajo amparo de la ley) a los morosos.
Mientras tanto, conoceremos también la historia de Shilo, una chica de 17 años que vive encerrada e hiperprotegida por su padre, debido a una enfermedad que ella padece en la sangre. Ella descubrirá en el desarrollo de la obra la cruda realidad, que al mismo tiempo, aunque duela, le servirá para conseguir la libertad que tanto desea.

Y en fin, todo eso bañado de una estética de cómic, oscura, cruda, muchos dirían que sexy. Color negro y encajes y vuelos por todas partes. Sí, eso que tanto nos gusta a los adolescentes y a Tim Burton (con todos mis respetos, sabéis que le admiro)



Como curiosidad, Joan Jett aparece en la película, Slipknot participó en la banda sonora y Paris Hilton fue ganadora del premio a la peor actriz por su papel en esta película.

Lo malo es que, por supuesto, habrá que verla de forma ILEGAL Y BAJO VUESTRA RESPONSABILIDAD, MALDITOS ANTI-SISTEMA! en Películas Yonkis (nótese el sarcasmo).

Dulces sueños

Hola bloggeros!
Antes de que leáis la entrada y/o toquéis nada, he de daros unas pequeñas instrucciones.
Esta entrada está pensada para ser leída mientras se escucha la música del vídeo de abajo. Hacer que todo cuadrase a una velocidad de lectura más o menos media es duro (de ahí mi tardanza, lo siento). Por tanto, para que mi esfuerzo no sea en vano y disfrutéis mejor de la entrada, recomiendo que leáis a una velocidad similar a la que usaríais para leer este texto en voz alta. Intentad entender bien todas las frases, solo así encaja bien con la música.
Por último, espero que os guste, y que comentéis (que sé que sabéis, a veces lo habéis hecho) con vuestra opinión.
AHORA SÍ, DALE AL PLAY Y LEE. :D


...Flotando...
Estoy flotando...
A la deriva en medio de la más absoluta y vacía NADA.
No hay aire, no hay color, no hay ruido. Y tampoco me hace falta.
Solo floto...

...
Me despierto.
Bueno, al menos mentalmente. No quiero abrir los ojos aún.
Es raro pensar cómo estaba funcionando tu cabeza antes de que fueras consciente, antes de despertar. Como si algo te hubiera tirado del tobillo para ponerte de nuevo los pies en la tierra después de un viaje por las nubes.
Mi cuerpo responde como en una reacción en cadena, como si me mandase pequeñas señales de que sigue ahí; estiro una pierna, me cruje la muñeca, se me ponen los pelos de punta, bostezo... Sí, parece que sigo viva. Hora de abrir los ojos.
Mi respiración es lenta, relajada. Estoy hecha un ovillo tumbada sobre mi lado derecho, tapada hasta las orejas con el edredón. Fuera de ese cascarón hace frío, pues mi aliento forma nubes de vaho apenas sale de los límites de la tela.
Aunque me muera de frío, salgo de la cama y, poniéndome a tientas las zapatillas, me dirijo hacia la puerta. Sin pensar, cojo el pomo, abro y...

Y...
No puede ser.
¿Sigo soñando?
Tras mi puerta no está mi casa. Hay...hay nieve, mucha nieve.
¿Qué? ¿Qué narices pasa? Sí, definitivamente es un sueño, pero tengo la sensación de que no es uno cualquiera. Lo recordaré siempre...en fin, le seguiré el juego a mi cerebro.
Justo delante de mi puerta hay unas huellas. Decido seguirlas, al fin y al cabo es un sueño, no puedo morirme, el cerebro me despertará en un acto reflejo.
Las huellas llevan a un bosque en mitad de un mar de nieve, como puesto en un cuadrado concreto del terreno. Todos los árboles son iguales, separados por la misma distancia unos de otros. Me adentro en el bosque siguiendo las huellas. Parece que encajan con las mías...
Y en mitad del rastro que sigo, como aparecida de repente...
Ahí está...estoy...estamos. Una chica exactamente igual que yo, mirándome fijamente. Casi me mata del susto. Está a unos 10 metros de mí, inmóvil. Le pregunto quién es, no contesta. Parece que ni siquiera respira. Cuando intento ir hacia ella, se da la vuelta y avanza en línea recta. No me hace caso, no responde. Solo anda y da mucho miedo.

Y yo la sigo, manteniendo siempre una distancia prudencial, pues si intento acercarme ella acelera su paso.
Después de un rato, tengo la sensación de haber caminado durante horas. Todos los árboles iguales, nada llama la atención. Todo es tan monótono que cansa. Y hace frío...
De pronto para en seco. Mi corazón también.
Se gira, me mira a los ojos. Está empezando a nevar sangre.
Los copos rojos lo cubren todo, absolutamente todo.
Casi no puedo ver. La nieve cae con fuerza. Me entra en los ojos y no consigo mantenerlos abiertos. Yo intento en vano cubrirme con las manos.
Cuando  intento entreabrir los ojos, veo que la chica se acerca a mí cada vez más.
Está justo delante de mí. Sus ojos son rojos.
Y todo se desvanece, lentamente.
Estoy muerta de miedo. Cerebro, corta ya, corta ya.


Mi cuerpo cae hacia atrás, esta vez no floto como antes.
El cosquilleo que solemos tener en la barriga cuando bajamos en ascensor se extiende ahora por todo mi cuerpo, pero elevado a la enésima potencia.
No es una sensación agradable. Parece que todo a mi alrededor desaparece, y todo está bañado de  malos presentimientos.
Todo es tan real...demasiado. Mi corazón se acelera, se me dilatan las pupilas, noto cada movimiento de mi cuerpo como amplificado. Pellizcarme no serviría para despertarme. El dolor aquí es tan real que asusta.
Sigo cayendo. A los lados pasan todos mis miedos personificados, todas mis inseguridades. No quiero seguir aquí, quiero que pare. Todo es demasiado real. Empiezo a dudar que sea un sueño.
Que pare, que pare...

Y para.
No se dónde estoy...
Un...hospital ¿tal vez? El pitido de mis constantes vitales en una máquina es todo lo que oigo de fondo.
Abro los ojos por tercera vez en el sueño. La luz blanca me ciega.
Y allí está ella de nuevo. Mirándome de pie junto a mi camilla. De nuevo, muda, de nuevo fría, como si no estuviera viva.
Me incorporo rápidamente, ella sale de mi habitación. La sigo, igual que antes, pero esta vez por un pasillo de hospital vacío. Solo hay luces blancas y puertas, y al final del todo, al fondo, una gran puerta gris.
Yo, con un pijama de hospital azul, ella, vestida de enfermera. El hospital, sumido en el más profundo de los silencios.
¿Qué hago aquí? ¿Qué intenta decirme mi cerebro? ¿Es esto acaso una señal de algo? ¿Una advertencia? No me gusta, quiero que pare, quiero despertar.
Y yo la sigo, cada vez más rápido, casi corriendo, casi llorando, por ese pasillo infinito.


Las luces comienzan a parpadear, mis miedos caminan unos metros por detrás de mí. Están todos, vienen a por mí, saben que los temo. Cada vez son más grandes, más rápidos. Y yo cada vez más pequeña. No me llega el aire a los pulmones, me ahogo, no puedo correr. Los noto ya tras mi espalda. Me han pillado, se acabó, voy a morir encerrada en un sueño...voy a morir.
Ella llega a la puerta gris y la abre. Todo queda bañado por una luz blanca inmaculada, demasiado intensa. No obstante esa luz me ha salvado. Se acabó...por fin terminó. Estoy a salvo...
¿Se acabó?

No, claro, ¿cómo iba a ser tan fácil?
Ahora estoy, o mejor dicho, estamos, en una azotea. La ciudad está vacía. No hay coches, ni gente, ni ruido.
Ella se queda parada en el borde de la barandilla de seguridad.
Me mira esperando que haga algo.
Y creo haber entendido qué quiere que haga.
Camino hacia el medio metro de metal que separa la azotea del abismo.
Me subo al borde. La miro. Ella se limita a asentir.
Miro abajo. Hay unos 10 pisos de altura. Voy a morir, pero supongo que es lo que debo hacer.
Respiro hondo, cierro los ojos. A eso quedo reducida, a una víctima de mi propio sueño. Una prisionera de mi propio mundo.
Estiro mi pie derecho hacia el aire, y dejo caer mi cuerpo lentamente, asumiendo mi final.
Me limito a esperar la caída, el dolor. La muerte.

Pero no llega, me despierto. 
Abro los ojos y doy un respingo. Mi cerebro ha terminado su historia.

Aunque al levantarme, encontré un poco de nieve bajo la puerta de mi habitación.


Dulces sueños. Sed felices.


domingo, 1 de abril de 2012

Lo tuyo es puro teatro.

Es increíble como una tarima a cierta altura puede hacer cambiar por completo a una persona.
Unos focos, un par de telones, los bastidores...qué poca cosa hace falta para tantas emociones juntas.



En el momento en el que una persona se sube al escenario, sus problemas se quedan abajo, en el patio de butacas, observándole. Ahora ellos son los espectadores y ella es quien toma el mando. Deja de ser alguien con nombre y apellidos, y se convierte en todo y en nada al mismo tiempo.
En todo, porque puede ser un niño pequeño o un señor mayor: un hombre o una mujer. Puede incluso que sea un animal, un monstruo, o incluso una inerte piedra. Puede estar triste, contenta, preocupada...
En nada, porque ninguna de sus máscaras es cierta. Pura ficción. Comedia, tragedia, lo que sea. Ficción, pero no mentira.

Una persona, cuando sale al escenario y se pone bajo los focos, deja de ser un envoltorio y pasa a ser lo que lleva dentro. La esencia de la persona, es ella en estado puro. Es gracioso, porque es haciéndose pasar por otros cuando los humanos dejan ver quiénes son ellos en realidad.



Un actor es esfuerzo. Un buen actor es que ese esfuerzo no parezca tal. 
Teatro es meterse en el papel de otra persona, como una posesión.
Es memoria, potencia, espacio, tiempo. Control y autocontrol. Es darle a la timidez la forma de un personaje. Es respirar hondo antes de salir a escena, y temblar como un flan entre bambalinas. Confianza y miedo a la vez. Es imaginar, es "no hay tiempo de pensar, sal y hazlo", es un reto constante.
Es soltar lo que llevas dentro encima de una tarima, y que al salir de escena el corazón te vuelva a latir.
Es ese remusguillo en el estómago según se acerca el día en el que tengas que hablar ante tus amigos y familiares...como si fueras otra persona.
Es reír, es llorar, exagerar, disimular. Fingir que finges. Una paradoja infinita y preciosa.
Visto desde dentro o desde fuera, el teatro es siempre como la vida misma. Posiblemente, si vas a ver una obra de teatro, haya más ficción en la calle que en las tablas. Esa es la magia.

Y yo, que ni por asomo me considero actriz, no cambiaría por nada del mundo esa sensación al oír crujir el escenario de Ambigú bajo mis pies.