lunes, 23 de abril de 2012

Pequeños placeres.

Una vez una chica me preguntó cuáles eran esos pequeños placeres de la vida que iba a echar de menos cuando me fuera.
Hay tantas chorraditas que ahora no recuerdo que sería inútil enumerarlas en una lista.
Pero si algo hay que echaré de menos, será tumbarme en la hierba y cerrar los ojos. Y notar que el sol está brillando en mis párpados. Y respirar despacito, porque no hace falta estresarse con tonterías.
Pensar en el presente, en que soy feliz. La brisa que entra por los agujeros de mis converse, el olor a hierba húmeda.


Y darle la mano.
Porque ella está a mi lado. Y mirarle a los ojos, 
a ese degradado de marrón a verde que tanto me gusta.
Acariciarle un rizo, darle un beso.
Y que el mundo siga girando a nuestros pies, eso me encanta.
Que la vida sigue, el mundo sigue exactamente igual que hace 10 segundos.
Y a nadie le importa.
Pero ella y yo somos esa pequeña parte de un pequeño puntito azul. 

La chica que me lo preguntó en su día es mi gran placer de ahora.
El mundo es un pañuelo.


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Deja tu comentario :)
Se aceptan críticas, sobornos, mensajes de apoyo y tomatazos.