domingo, 29 de enero de 2012

Tan jodidamente perfecta.

Ah, mierda. Qué dolor de cabeza...¿qué hice anoche? La cama está revuelta, mi ropa por el suelo...cualquiera diría que he sufrido una posesión demoníaca. Mis pintas no ayudan mucho a pensar en otra teoría. Menuda mierda.
Me voy a la cocina a leer el periódico de ayer mientras me tomo un café bien cargado. No sé si será lo mejor para la resaca pero me lo pide el cuerpo. Paso las páginas sin ver nada más que letras. Ni siquiera estoy dándome cuenta de lo que pone...
Se oye la cadena en el baño y después el grifo. -¿PERO QUÉ COJ...?- Doy un respingo. ¿Qué pasó anoche? Espera...no...no...espera...
Comienzo a recordar cuando sales del baño.
Dios.


Anoche llovió. Yo me quedé en casa bebiendo a solas, intentando eso que dicen de "ahogar las penas". Llamaste a mi puerta y te vi ahí, calada hasta los huesos, con el pelo chorreando y los tacones en la mano derecha. El maquillaje corrido y el bolso bajo tu brazo izquierdo. Y tu cara...tu cara no se me olvidará nunca. Tus ojos de niña triste pidiendo que te dejara pasar a mi casa, y tu boca esbozando una levísima sonrisa de lado, de esas que me gustan tanto y solo tú sabes poner.

Acaba de aterrizar un ángel en mi cocina. Te frotas los ojos y caminas despacio, pero decidida, como si supieras que tienes el mundo a tus pies. Me dices buenos días con voz de bostezo. Oírte hablar me hace recordar más...

Te duchaste y te secaste el pelo en el baño mientras yo creía estar alucinando. Saliste de la ducha y cogiste mi camisa mientras yo estaba en el sofá sin saber qué hacer con mi vida.
Después...me besaste, no recuerdo dónde, cómo ni por qué. Pero me besaste. Aún queman mis labios cuando poco a poco lo recuerdo. Después hicimos varias veces el amor en mi cama. -¿Cómo puedo ser tan gilipollas de no recordar eso?- Puedo sentir todavía el tacto de tu piel en mis dedos, y el olor de tu pelo, y el sonido de tus susurros, y tu mirada clavada en mí como un dardo envenenado.



Seguramente no estés de acuerdo, pero así, tal como estás ahora, estás mucho más guapa que cuando te arreglas; despeinada, totalmente despeinada, con apenas los restos de un lápiz de ojos oscuro en el borde de tus pestañas inferiores, con tus lunares sin tapar por el maquillaje. Vestida solo con la camisa blanca que me cogiste anoche. Te queda grande, está arrugada. Estás perfecta.

Nos dormimos entre más besos y más abrazos, entre confesiones nocturnas y alguna que otra risa. 

Quiero que seas mía esta noche, y la siguiente, y todas las noches que me quedan.
Quiero que llueva de nuevo esta noche.
Te quiero.

3 comentarios:

  1. joder, ya quisiéramos muchos escribir así

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  2. es que ya sólo con Creep no se podía pedir más :)precioso.

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