miércoles, 11 de enero de 2012

Todo es gris.

Él camina como un autómata por las calles en ruinas. A su alrededor sólo escombros, ceniza y polvo. Parece una marioneta rota, cada paso que da se ve desde fuera como un esfuerzo sobrehumano.
La mirada perdida, como si no pudiera ver, como si no quisiera.
En los altavoces de la calle suena ahora una vieja canción de Jazz. Hace un contraste muy raro con la situación.  El reproductor de música que están utilizando en megafonía funciona mal; la canción se oye un poco ralentizada.

Es curioso. Hace unos minutos en esos mismos altavoces sonaban las sirenas. Después llegaron los gritos y las  explosiones. Los llantos, los golpes, los disparos...y después nada.
Nada...solo un murmullo casi casi inaudible. Parecía entonces que se podían oír las motas de polvo flotando en el aire. Luego empezó a sonar la canción.

Dresde, 1945


Él seguía caminando, sin rumbo. Buscar su casa entre los restos de la ciudad sería una misión imposible. Y además no quería hacerlo. Todas sus pertenencias, sus recuerdos, su familia...estaban ahora bajo un montón de ladrillos, cemento y polvo. Su vida entera era ahora una montaña de escombros. Su...¿vida?

Las radios llevaban unos días augurando esto, pero él no quería creerlo. Eso siempre pasaba en otras ciudades, incluso en otros países. ¿Quién iba a odiarles tanto como para hacer algo así? Desafortunadamente la guerra nunca entiende de justicia, pero eso él lo veía muy lejano, como si no le pudiera pasar nunca.

Varsovia, 1939

No tenía ganas de pensar, aunque de todas formas tampoco tenía en qué. En esos momentos hubiera preferido estar sepultado entre el hormigón. Si hubiera querido mirar a su alrededor, hubiera reconocido lo que quedaba de la casa de su mejor amigo, o aquella tienda de ultramarinos que llevaba tantos años abierta, o esa esquina en la que solía quedarse a mirar jugar en el parque a la chica que le gustaba cuando tenían ambos 10 años.

Años...una palabra sin sentido ahora para él. Aquí el tiempo no existe.
Aquí no hay vida, la música entra por un oído y sale por el otro sin pasar por el corazón.
Aquí los sueños están prohibidos. Los recuerdos, sepultados.
Aquí solo hay muerte, dolor y gris.
Todo es gris.

Guernica, 1937

1 comentario:

Deja tu comentario :)
Se aceptan críticas, sobornos, mensajes de apoyo y tomatazos.