jueves, 12 de diciembre de 2013

No entraba en mis planes que este blog acabase volviéndose un cajón de sastre, pero bueno.
Cosas que pasan.

Mi cabeza no da para historias estructuradas en este momento.
Se me ocurre un principio, pero no un final. Se me ocurre un contexto, pero no me convence el texto. Imagino que simplemente no me apetece contar otras cosas que no sean las mías, aunque las pinte de colores o haga metáforas mediocres para expresarlas.

Y a veces ni eso.

Los estudios tampoco me dejan mucho tiempo libre para divagar. El tiempo que no invierto en absorber conocimientos como una aspiradora es el que necesito para cumplir las funciones vitales básicas. Y me aterra afirmar, pero es así, que aun cuando tengo tiempo para pensar, parece que estoy perdiendo la imaginación.

Supongo, espero y deseo que sea por el estrés.
Pero así están las cosas.
Lo siento. Debe de ser duro leer sin entender y pensar "¿cuál será la droga que consuma esta chica?", pero lo que no voy a hacer es escribir algo con lo que no me sienta identificada o dedicar a una página en Internet el tiempo que me he propuesto dedicar a poner los cimientos de mi vida.

No creo que suba entradas periódicamente, y dudo mucho que vuelvan a salirme relatos. Subiré lo que me venga, en el momento en el que decida venir.

Una vez más, me despido con el deseo de que esto cambie, y espero que podáis entenderlo.
Gracias.

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