¿Qué has hecho?
¿Y por qué lo has hecho?
Por qué lo habré hecho...
Y qué no he hecho. Eso es lo peor.
Qué no he dicho.
Malditos los domingos (siempre es domingo)
en los que pasa todo a la vez.
Todo.
Y cuando digo todo, es todo.
Y no puedes hacer nada.
Y cuando digo nada, es nada.
La fantástica tortura de todo lo que podría salir mal
bailando delante de tus apuntes en 10 minutos.
Y todo, pieza por pieza, sospecha por sospecha,
cae.
A tu lado. A todos tus lados.
En tu cara, en tu cara de idiota.
¿Y qué hago yo ahora?
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Deja tu comentario :)
Se aceptan críticas, sobornos, mensajes de apoyo y tomatazos.